Desde su nacimiento hasta los primeros años de vida, los niños aprenden, complejizan y profundizan su lenguaje verbal y no verbal. En cuanto al habla, hay ciertos recursos que favorecen el desarrollo de la comunicación. Aquí haremos una breve mención a algunos de ellos que, de acuerdo a sus posibilidades de comprensión y uso del lenguaje, propiciarán su desarrollo lingüístico de los niños:
– Es importante hablarles con palabras y frases que se adecuen a sus posibilidades de comprensión.
– Mirar a los niños a los ojos y al rostro mientras se le habla.
– Debemos hablarle despacio y ser pacientes para escucharlos
– Es conveniente y no sólo para el desarrollo del habla nombrar los estados de ánimo que el niño o la familia expresan, alegría, tristeza, enojo, dolor, esperanza y también sus motivos ya que facilita su comprensión y genera confianza.
– Es bueno elogiar sus logros y esfuerzos para hablar.
– Las expresiones de desaprobación debemos limitarlas en su uso y sólo emplearlas para frenar comportamientos de riesgo, violentos o antisociales tratando de redireccionar los mismos utilizando palabras que lo orienten hacia comportamientos positivos.
-Los adultos debemos hablar como adultos. El niño pequeño es capaz de entender más palabras de las que puede decir
– Es recomendar hablar de las cosas que les interesan, que llamen su atención o su interés; luego se puede enriquecer sus oraciones y orientar su significado y pronunciación
– Usar otras expresiones corporales para comunicarnos: los gestos, la mímica de la cara o las posturas del cuerpo son recursos que facilitan la comprensión y enriquecen el diálogo
– Hay momentos que son más propicios para hablar: el baño diario, las comidas, las compras y los paseos.
– Mencionar y repetir los nombres de cosas y personas que se ven en el momento y describir sus formas, colores, belleza, ubicación, semejanzas y diferencias, etc
*Permitámosle participar de algunos quehaceres cotidianos no riesgosos mientras hablamos sobre ello por ejemplo: «vamos a acomodar la ropa», «alcanzame tus medias», «¿dónde las guardamos?»
– Nombrar, repetir e identificar los distintos sonidos producidos por cosas o animales por ejemplo: el gato maúlla «miau», el perro ladra «guau», la vaca muge «muuu», etc
– Es importante leerles cuentos adecuados a su edad y facilitarles la exploración del libro y sus ilustraciones y animarlos a crear un relato sobre lo que observa.
– Hablar es naturalmente placentero y es bueno recrear y mantener esa sensación mientras nos comunicamos
Fuente: Sociedad Argentina de Pediatría