El juego es una buena manera de estimular a los chicos, ya que representa una experiencia divertida y positiva y, jugando, los niños no tienen miedo a equivocarse. Es, en síntesis, una manera de disfrutar y aprender a la vez. La estimulación temprana sirve para desarrollar todas las capacidades cognitivas, físicas, emocionales y sociales de los niños.
Acá, una serie de ítems para tener en cuenta a la hora de evaluar el juego como herramienta para la estimulación temprana:
– Jugar y jugar: durante la primera etapa de la vida, se aprende jugando. Jugar es la mejor manera de estimular a un niño. Es importante que el niño haya comido bien, que haya dormido bien y que se sienta cómodo.
– Cada niño es diferente: el desarrollo depende de varios factores que varían según cada caso. Conocer los patrones de desarrollo general sirve como una guía de los estímulos y actividades adecuados.
– No forzarlo: la estimulación tiene que ser una experiencia positiva. Los niños aprenden jugando, divirtiéndose y no cuando están forzados a hacer ninguna actividad. Hay que aprender, antes, a saber lo que los hijos sienten y necesitan.
– Enseñarles a explorar: cuando los niños son estimulados se les está ofreciendo diferentes oportunidades para explorar, para adquirir destrezas y habilidades de forma natural y para entender lo que sucede a su alrededor con otras personas, objetos, luces, sonidos, lugares, etc.