El gateo constituye un gran avance y crecimiento en la vida del bebé, tanto para el nivel neurológico como para la coordinación. Así, el gateo ayuda al niño a prepararse para etapas posteriores de aprendizajes, como el proceso de lectura y de escritura y, a su vez, le brinda mayor autonomía para moverse a donde quiera (no exactamente adonde quiera, claro, pero sí un poco más lejos que los brazos de papá y mamá) sin depender de otras personas. Entre los beneficios de que los bebés gateen se puede mencionar:
–Estimulación de la vista: el gateo favorece los procesos de acomodación visual, es decir que le permite focalizar correctamente un objeto y saber a qué distancia está y dónde se encuentra ubicado. Gracias al gateo, los bebés aprenden a resolver problemas tales como superar obstáculos, realizar juegos de encaje, rompecabezas y cualquier problema que requiera la orientación espacial.
–Desarrollo de la sensibilidad táctil: cuando el bebé gatea, recorre diferentes superficies y texturas, lo que le permitirá desarrollar la sensibilidad táctil de los dedos y de la palma de la mano; así, además, se favorecerá el cálculo para el agarre de objetos pequeños, como el hecho de tomar de forma correcta el lápiz para comenzar a escribir y dibujar.
–Favorecimiento de las conexiones entre los hemisferios del cerebro: cuando el bebé gatea coordina sus movimientos de tal manera que el brazo derecho va sincronizado con el pie izquierdo y el brazo izquierdo con el pie derecho, que es posible gracias a que la información es pasada de manera rápida de un hemisferio al otro, (ya que, como se sabe, el hemisferio derecho controla los movimiento de las extremidades izquierdas y el hemisferio izquierdo controla los movimientos del lado opuesto). Este tipo de conexiones no sólo permitirá adquirir destrezas motoras y movimiento sino también permitirá el desarrollo de diferentes funciones cognitivas.
Si querés realizar algunos ejercicios para estimular el gateo en tu bebé, podés:
– dejarlo boca abajo sobre una alfombra donde pueda moverse con libertad y seguridad.
– colocarlo boca abajo sobre una pelota de plástico de 20 cm. de diámetro y sujetarlo con fuerza desde la cintura. Esto ayudará a que el niño se adapte a la posición de gateo.
– sujetarlo con una tela alrededor de la pancita y ayudarlo a que se apoye sobre una pelota o sobre tu rodilla, quedando en una posición parecida a la del gateo.
– cuando logre permanecer en posición de gateo, podés ofrecerle su juguete preferido a una distancia que le obligue a estirar un brazo mientras se apoya en el otro.
– gateá con tu bebé: Como los niños también aprenden por imitación, podés jugar a gatear y a divertirte con él.
Finalmente, recordá que si bien el gateo le permite adquirir habilidades importantes para el futuro y es importante estimularlo, no hay que forzarlo e insistir constantemente ya que cada niño tiene un ritmo de desarrollo particular y algunos pueden empezar antes y otros, en cambio, tiempo después.