El niño está caprichoso o está haciendo un berrinche. ¿Qué hacer en esos casos? ¿Cómo hacer para que algo cambie y estemos todos más tranquilos?
Por un lado, hay que entender que es normal que los hijos demanden, pidan y tengan deseo de todo y en todo momento. Pero satisfacerlo en todo no es sano para él.
Una buena idea es marcar pautas claras desde el nacimiento, mostrándole lo que puede y no puede hacer, vamos construyendo el antídoto para el berrinche. Es poner límites y dejar los «NO» bien claros.
Poner límites, es enseñarle a nuestro hijo a, que aprenda a esperar y a saber que todo no es aquí y ahora. Que hay cosas que puede y hay otras que no puede hacer o tener.
Es un tema de autoridad, no de autoritarismo. Un niño responderá bien al límite bien si siente confianza en el adulto que pone ese límite, aunque lo desafíe. Cuando el adulto duda ante el “no” que pone, los chicos responden de esta manera, portándose mal, angustiándose.
Un límite no es un reto, no es la decisión de no cumplir un deseo o un antojo; un límite consiste en la necesidad de nuestros hijos de ser contenidos y la nuestra de contenerlos. Son necesarios y no hay que tener miedo de aplicarlos.
Hola, cuando hablas de límites te falta aclarar que estan relacionados a la comunicación amorosa entre padres e hijos, no mencionas que los padres deben atender y entender las necesidades de los niños ademas de contenerlos y queda sobrando la palabra autoridad. Además en la pagina de jardín maternal tampoco aclaras que los niños no necesitan sociliazar a esa edad y que no se adaptan , sino que se sobreadaptan.