Una vez que el bebé puede sentarse y tiene control estable de la cabeza ya puede jugar suavemente en una hamaca para bebés, indica Victoria J. Youcha, de Zero to Three, una organización sin fines de lucro que busca promover el sano desarrollo de los lactantes y niños pequeños.
Cuando se balancea y empuja a un bebé en una hamaca para bebés, que sea más lento y suave posible. La mayoría de los juegos para bebés no se ajustan a su tamaño y los bebés pueden deslizarse. También existe el riesgo de generar una lesión en el cuello si se presiona demasiado fuerte las cintas de seguridad.
Es necesario tener en cuenta que la mayoría de los niños parecen disfrutar del movimiento generado por la hamaca y del balanceo cuando son un poco mayores, alrededor de los 8 o 9 meses, y para algunos ese tiempo se estira un poco más hasta cerca de un año. Si el bebé llora o no parece disfrutar de la actividad no conviene insistir, sino volver a intentarlo otro día.
Para ayudar a adaptarse a la sensación de movimiento, puedes incluirte dentro del juego y sostener al bebé en tu regazo en una hamaca para niños grandes, mientras te movés suavemente hacia atrás y hacia adelante.
Lo mismo pasa con la calesita. El movimiento conitnuo y en círculos puede ser un poco “problemático” al principio y se recomienda que los padres o algún familiar o cuidador comparta las primeras vueltas con el bebé, así se siente seguro y cómodo con la ayuda de una persona mayor y que el bebé conoce y confía.