Tener conciencia de su imagen corporal es muy importante para los niños. Pero una vez que conocen la suya y aprender a conocer la de los demás, a veces, genera problemas en su desarrollo. Estos problemas, las preocupaciones sobre la imagen corporal, solía presentarse en adolescentes; pero un reciente estudio, publicado por la organización sin fines de lucro Common Sense Media, ha advertido que estos conflictos comienzan edades más tempranas.
El informe, que se trata de una compilación de la investigación existente sobre cómo los niños y adolescentes se sienten con sus cuerpos, hace foco en que más de la mitad de las niñas y un tercio de los niños de hasta seis y ocho años creen que su peso ideal es más delgado que su talla actual.
Para la edad de siete años, uno de cuatro niños se comprometió con algún tipo de comportamiento de dieta, según el publicó la ONG. Es, sin dudas, un dato para tener en cuenta y para ayudar a los niños a crecer sanos y sin problemas de imagen y autoestima.
Al respecto, Seeta Pal, vicepresidente de investigación de Common Sense Media y autor del informe indicó al momento de presentarlo: «Creo que se habla mucho sobre los adolescentes y la imagen corporal, y muchos padres se vuelven conscientes de eso cuando sus hijos llegan a la pubertad, pero niños de hasta cinco años ya expresan un deseo de un cuerpo que es más delgado que su actual o futuro yo”.
La influencia de los medios y el acceso a tanta información influye en sus representaciones mentales ideales. En este contexto, subraya Pal, los niños «ya conocen sobre dietas, y algunos podrían haberlas probado o restringido su ingesta de comida en ciertos momentos, así que eso es bastante alarmante. Es casi como si estuvieras demasiado tarde para esperar hasta los años de la adolescencia para hablar con tus hijos sobre imagen corporal”.
A su vez, según el informe, otra de las causas de que los niños de cinco a ocho años empiecen a pensar sobre estas cuestiones es que creen que sus madres no están felices con sus cuerpos son más propensos a sentirse insatisfechos con su propio cuerpo.
Este aspecto «ciertamente no es intencional, y eso necesita ser aclarado”, cree Ana Homayoun, autora de la publicación The Myth of the Perfect Girl: Helping Our Daughters Find Authentic Success and Happiness in School and Life. Para Homayoun, las madres podrían no percatarse de los mensajes que envían cuando luchan con qué ponerse o con lo que creen que se les ve bien: «Se pondrán algo (y dirán), ‘oh, eso no se me ve bien porque me veo así’, y se ven en un espejo. Eso es algo muy común, donde tienes a esta pequeña sentada en el fondo viendo esto, y probablemente cree que te ves hermosa, pero después piensa, ‘bueno, esa es mi mamá, ¿entonces qué significa para mí?’”.
Otro aspecto, además de los medios y ciertas actitudes inconscientes por parte de sus padres, se encuentra en los juguetes: «Los juguetes de niños, incluso las figuras de acción con las que juegan, tienen medidas corporales que son mayores que las de los mayores fisicoculturistas, y todos hablan sobre Barbie, pero nadie habla sobre eso”, hacen hincapié los autores del estudio.
Entonces, ¿cómo podemos hacer para ayudar a nuestros niños a lidiar con las preocupaciones de imagen corporal?
Los expertos indican que hay que prestar atención al asunto sin restarle importancia, y comenzar a hablar con los niños para enfatizar la salud, no el peso, y enseñar apreciación para todos los tipos de personas.
Es importante cambiar el foco: de cómo se ve alguien a cómo se siente alguien.
En su libro, Homayoun alienta a los padres a pensar en la imagen corporal y la salud en formas diferentes y ayudar a sus hijos a pensar diferentemente en esto también: «Así que en lugar de enfocarse en la forma en la que alguien se ve… cambiar esa conversación… de cómo alguien se ve saludable a cómo alguien se siente saludable. Gran parte de la imagen corporal negativa viene de puntos de vista internos de uno mismo, y cuando realmente puedes cambiar esa conversación de cómo se ve alguien a cómo se siente alguien, entonces los niños realmente pueden comenzar a pensar sobre cuáles son sus elecciones y cómo tienen control sobre sus sentimientos, y eso trae autoestima y autoconciencia positivas”.