Este artículo constituye la segunda parte del artículo sobre los mitos y verdades sobre la lactancia que elaboró La Liga de La Leche, una organización no gubernamental que promueve y apoya la lactancia materna con un estilo de crianza que valora la maternidad.
– Es la cantidad de leche que el niño consume, no si es leche materna o de vaca, lo que determina cuánto tiempo aguanta un niño entre dos tomas. Verdadero. Los niños amamantados vacían el estómago más rápidamente que los niños alimentados con mamadera: aproximadamente en 1,5 horas en vez de hasta 4 horas. Esto se debe al tamaño mucho menor de las moléculas de las proteínas que forman parte de la leche materna y las cuales se digieren con mayor rapidez. Aunque la cantidad de leche que se consume es uno de los factores que determinan la frecuencia de las tomas, el tipo de leche es de igual importancia.
– Nunca despiertes al niño que duerme. Verdadero. Aunque es verdad que la mayoría de los niños indican cuándo tienen hambre, es posible que los recién nacidos no se despierten tan a menudo como lo necesitan, en cuyo caso sí hay que despertarlos para que coman por lo menos ocho veces a lo largo de las 24 horas (siempre con el correspondiente aval del pediatra).
– El metabolismo del niño se encuentra desorganizado al nacer y requiere que se le imponga una rutina u horario para ayudar a resolver esta desorganización. Verdadero. No es un comportamiento desorganizado, sino un reflejo de las necesidades únicas de cada recién nacido. Con el transcurso del tiempo los bebés se adaptan gradualmente al ritmo de vida de su nuevo ambiente sin precisar entrenamiento ni ayuda.
– Las madres lactantes deben ofrecer a su bebé siempre ambos pechos en cada toma. Verdadero. Es mucho más importante dejar que el niño termine de tomar del primer lado antes de ofrecer el segundo, aunque esto signifique que rechace el segundo lado durante esa toma. La última leche (que contiene más calorías) se obtiene gradualmente conforme se va vaciando el pecho.
– Si un niño no aumenta bien de peso, es porque la leche de su madre es de baja calidad. Verdadero. Los estudios demuestran que aún las mujeres desnutridas son capaces de producir leche de suficiente calidad y cantidad para suplir las necesidades de crecimiento del niño. En la mayoría de los casos, el escaso peso se debe al consumo insuficiente de leche materna derivado de horarios estrictos, de una inadecuada succión o un problema orgánico del niño.