No hay nada más lindo que la risa de un bebé. Una risa que puede cambiar el ánimo de sus papás y de todos aquellos que lo rodean. Nada más lindo que escucharlos reír. Quien no se va entretenido durante mucho tiempo viendo videos de bebés en YouTube que sorprenden por su risa tan tierna e imparable.
Pero, ¿los bebés se ríen simplemente por reír, por acto reflejo o hay algo más detrás de esa simpática sonrisa?
Quien puede ayudarnos a darle una respuesta a ese interrogante es el doctor Caspar Addyman, que desde hace más de 5 años se dedica a investigar la carcajada del bebé en la Universidad de Londres en Birkbeck. Lo hace desde su laboratorio y a partir de encuestas online a miles de padres de todo el mundo (ya han analizado más de 1.400 encuestas).
Addyman llegó a la conclusión de que los bebés entienden y que, entonces, la risa es una respuesta a ese estímulo: «Uno no se ríe si no entiende la gracia. Cuando los bebés se ríen de algo, quiere decir que hay algo que comprenden del mundo«, indicó en el programa Health Check de la BBC.
Si bien su hipótesis es difícil de probar en un laboratorio; este investigador cree que «una de los aspectos clave y mejores de los bebés es su alegría y asombro por el mundo, razón por la cual creemos que debemos incluirlo en la investigación. La risa se debe al elemento sorpresa, a lo inusual. Por ejemplo, aquí tuvimos el caso de un padre con un bebé de tan sólo tres meses que se rió luego de que el mayor rompiera un trozo de papel. Es probablemente el bebé más pequeño del mundo -que sepamos- que se haya reído de esto».
Además, y no menos importante, la risa empieza mucho antes de lo que la mayoría de los psicólogos piensan. Así, el sentido del humor del bebé se va desarrollando en la medida que son más conscientes del mundo.
«Las sonrisas se manifiestan desde el primer o segundo mes de nacidos y la risa aparece poco después. Los padres son los que mejor saben si su hijo se está sonriendo o si sólo se trata de un acto reflejo. Así que para los muy pequeños, son sólo sensaciones físicas. Obviamente las cosquillas son un punto de partida. Poner a los bebés de cabeza parece ser una buena forma de hacerlos reír. Y en la medida que crecen, aumenta el nivel de sofisticación del sentido del humor», sostiene Addyman.
Luego de estas primeras situaciones y acciones que causan la risa de los bebés, lo siguiente es la sorpresa: «Solo cuando tienen de 8 a 12 meses es que entienden lo suficiente del mundo como para detectar cuándo las cosas no son lo que parece«.
Por ejemplo, los bebés se ríen cuando la mamá cambia la voz a otros tonos o se pone un sombrero ridículo. El experto indica que «estas acciones solo se hacen graciosas cuando el bebé está lo suficientemente seguro de los cimientos de su mundo«.