El psicólogo y escritor Bernabé Tierno explica cómo educar a nuestros hijos en positivo y conseguir que se conviertan en personas optimistas y luchadoras.
– Nota de Mi bebé y yo –
Hoy, más que nunca, se impone la necesidad de educar a los niños desde bien pequeños en las expresiones verbales optimistas y positivas, para que se comporten con más ilusión y confianza. Su autodiálogo, consciente y positivo, activará neurológicamente una química cerebral poderosa que reprogramará su propia mente para la capacidad de un mayor esfuerzo, autoconfianza y éxito en todo aquello que se propongan.
En mi último libro, que acaba de publicarse y que lleva por título Poderosa mente (Temas de Hoy), el lector interesado en este tema encontrará la demostración clara de cuanto afirmo, porque «somos y nos convertimos en lo que decimos y pensamos de nosotros mismos».
Cuando Laurita se dice a sí misma o a los demás: «No pasa nada», según la moderna psicología positiva, reprograma una y otra vez su mente de forma positiva, y se blinda y protege frente al desánimo, al tiempo que crea una química cerebral potentísima que le va convirtiendo en una persona optimista, autónoma, segura de sí misma, más fuerte psicológicamente y con más autoestima y sentimiento de competencia para enfrentarse a los problemas que vayan surgiendo.
En definitiva, cualquier niño y adolescente puede «hacerse» más optimista si se entrena en la práctica de un lenguaje de esperanza, ilusión y fortaleza ante la adversidad, y si, además, le contagiamos actitudes de valentía, coraje y temple ante los obstáculos del día a día. El «sí puedo», «lo estoy consiguiendo», «cada vez consigo más fácil lo que me propongo», y otras expresiones semejantes, activan las neuronas cerebrales del éxito ya desde la cuna. Desde hoy, estemos más atentos a nuestros niños, porque sus palabras y actitudes nos enseñarán en qué medida debemos intervenir para que, ante los problemas cotidianos, sean capaces de decir con confianza: «No pasa nada, ya saldremos adelante», y no olvidemos esto: «Podemos siempre que pensemos que podemos».