“Leer no es matar el tiempo, sino fecundarlo”, afirmó una vez Herminia Brumana maestra, escritora, periodista y dramaturga argentina sobre la importancia de la lectura. Y esta importancia lo es tanto para los más grandes como para los más chicos.
Elegir un libro, abrirlo y empezar a leer junto a los hijos es una de las tantas actividades que los papás pueden realizar para acercarse y compartir más tiempo con los más pequeños del hogar. ¿Qué les leo a mis hijos? ¿Cada cuánto? ¿Todos los días? ¿A la noche, a la tarde? son algunas de las preguntas que dan el puntapié para comenzar a llevarla a cabo. imaginación.
Es librarse al juego y la imaginación para disfrutar la lectura e introducir a los hijos en el maravilloso universo de la imaginación
Si es posible coincidir asiduamente en el momento y el espacio similar, (crear el clima) todo alrededor se aplaca para dar lugar a la palabra, se establece entonces una unión de entrega afectiva al descubrimiento de las emociones que provoca la narración, que hace de ese encuentro uno de los puntales del disfrute emocional.
Por otro lado, esta actividad permite reencontrarse con el niño que cada uno fue y recordar historias y sensaciones de la propia infancia. Lo cual al finalizar el cuento se puede compartir con el niño, esto le facilitará herramientas para el conocimiento de la “historia” del narrador y para el ordenamiento en el tiempo: el antes, el ahora.
Es importante crear el hábito de la lectura en los hijos. La lectura de cuentos infantiles en voz alta es una de las actividades más importantes que los adultos pueden hacer por los niños: de esta forma se fortalece el vínculo padre/madre-hijo y se estimula el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños.