El gusto, el tacto, la vista, el olfato y la audición de los recién nacidos. Los especialistas ponen énfasis en la importancia de su estimulación.

PH: The Bub Hub
Cuántas veces te habrás preguntado si tu bebé reconocía tu cara al nacer. O probablemente no estabas segura de si escuchaba esa canción que acercabas a la panza para que la escuchara desde adentro. Para despejar todas estas dudas recurrimos al neurólogo infantil Hernán Amartino, y a la neuropediatra Agustina Donato, que nos detallan cada sentido.
La vista
«Un recién nacido es capaz de ver luces y sombras, grandes formas y tiene preferencia visual por el rostro humano», explica Amartino. Además, cuenta que alrededor de los 15 días de vida ya es capaz de fijar la mirada si se coloca un objeto a 30 centímetros de su rostro y la visión de los colores se desarrolla gradualmente.
A los 3 meses es capaz de diferenciar colores con grandes contrastes entre sí, para más adelante reconocer las distintas tonalidades. ¿Y los objetos? «Alrededor de los 4 meses el bebé logra ver objetos pequeños, coordinando la vista con su mano para alcanzarlos. También a esa edad los ojos ya se encuentran alineados, lo que les permite apreciar profundidad», agrega la Dra. Donato.
Estimulación: «Cuando nace es importante acostarlo boca arriba sobre una superficie plana para que comience a observar sus manos. El estímulo visual más importante es el rostro de sus padres: mirar a nuestro hijo con amor y con una sonrisa, sobre todo al alimentarlo», enumera el neurólogo infantil.
Cuando alcanza los 2 o 3 meses «podemos ofrecerle al niño móviles de colores que estimulan el seguimiento visual. Al cuarto mes se le podrá poner a su alcance sonajeros u objetos blandos no muy grandes para que logre tomarlos,» detalla Donato.
La audición
«Este sentido ya se encuentra desarrollado en la vida intrauterina. Alrededor de las 25 semanas de gestación el niño escucha con claridad la voz de su mamá, su corazón y los ruidos intestinales; además de los sonidos del exterior que escuchan atenuados en un 50%», detalla Amartino.
Explica que al igual que con la visión, el sentido de la audición sigue madurando en los primeros meses pero al nacimiento el niño ya puede percibir sonidos graves y agudos y reconocer claramente la voz de su madre. «incluso al ponerles la misma música que escuchaban en la panza, se calman», agrega la médica.
Estimulación: «La estimuladora por excelencia es la mamá. Su voz no sólo logra calmar al niño, sino que son los padres con sus charlas cotidianas los que le enseñarán al bebé las distintas tonalidades de la voz. Es importante hablarle al niño correctamente desde que nace, ya que irá incorporando lenguaje desde muy temprano aunque logre hablar recién al año».
Además, las canciones, los cuentos cortos (después del año) y la música suave ayudan muchísimo.
El tacto
«Se encuentra desarrollado en el vientre materno, pudiendo sentir el bebé las caricias que se le ofrecen desde el exterior. Por otro lado, él mismo se estimula en la panza acariciando su rostro y chupando su dedo entre otras cosas», afirma el neurólogo infantil, y la Dra. Donato agrega que, al nacer, es a través de nuestras caricias que el pequeño comienza a delimitar su propio cuerpo en el espacio.
Estimulación: La clave para estimular este sentido es el contacto estrecho con la mamá. El especialista recomienda «no tener miedo a malcriarlo los primeros 2 o 3 meses de vida, ya que necesita ese contacto piel a piel, tenerlo en brazos, acunarlo».
El olfato
«Su desarrollo comienza en el octavo mes de gestación permitiéndoles al nacer reconocer más de 10.000 aromas, a los cuales les irán dando significado a través del tiempo. Este sentido está íntimamente relacionado con la alimentación y las emociones», detalla el profesional.
Estimulación: Un consejo para estimular el olfato del bebé: «Cuando la mamá cocina, podría llevarlo con ella (siempre lejos de las hornallas) para que sienta los diferentes aromas de la comida y así se prepare para el momento de la alimentación».
El gusto
«Este sentido tiene una relación estrecha con el olfato, tanto es así que sin olfato no podríamos distinguir los sabores. Existen cuatro sabores básicos (salado, dulce, ácido y amargo), no lográndose la discriminación de ellos hasta el sexto mes del bebé», explica Donato.
Estimulación: «Es importante que las primeras experiencias de la alimentación sean placenteras. Se recomienda elegir un momento del día en que los papás tengan tiempo para dedicarle al niño y convertir la experiencia en un juego, permitiéndole ensuciarse y tocar la comida. Cada variedad de comida se debe incorporar por separado, no enfocándose en que el niño trague la comida sino en que la saboree, la conozca; ofreciéndole la cuchara de frente y haciéndole sentir su aroma previamente», sugiere Amartino.
Por Carolina Koruk / Asesoraron: Dr. Hernán Amartino, neuropediatra, jefe del Servicio de Neurología Infantil del Hospital Universitario Austral, M.N. 86.357, M.P. 225.592 y Dra. Agustina Donato, neuropediatra de la misma institución, M.N. 120.177, M.P. 59.988.
Fuente: Para Ti – Infobae